Gloria López fotografía artística.
Si yo fuera Karen
Blixen, seudónimo de Isak Dinesen, la que escribió Memorias de África, este post podría empezar diciendo:
Yo tenía una pianola en
Cée, a los pies del monte Son, donde vivía…
Pero como ni soy danés ni
mujer, y en lo único que me parezco a la danesa es en las ínfulas que tengo de escritor, empiezo por el principio.
Y en el principio
estuvo ella, la pianola Aeolian.
Sin duda el artilugio
más original que hubo nunca en mi casa.
En ella vi moverse las
teclas solas, sobre ella perpetré mis primeros descompases y con ella escalé el
Tourmalet.
Con fondo de pianola, vestido
con el traje de marinerito de uno de mis primos (Julio) y enguantado, posé con
un misal entre las manos para la foto de mí Primera Comunión. Y recuerdo que
pensé: voy a levantar el pie derecho un poco y de ello guardaré memoria.
Evidentemente, si
miráis la foto, veréis que ese día nació un futuro hombre de palabra.
Pero, apaciguada la
nostalgia, recobro el hilo y retorno a la cuestión: la pianola.
Ella fue la causante de
mi devoción por la música. Sin distingos. Y si de impúber tenía que escuchar a
los clásicos en un rollo y pedalear para escuchar música, pronto a mi casa llegaron los modernismos:
Un tocadiscos que
compró mi hermana Gloria: un picú.
Y con él picú llegó
escándalo. Con el empezaron a sonar las canciones de moda, las de Eurovisión y
aquellos singles que regalaban con el coñac Fundador. Un poco más tarde, a la
puerta también llamaron los Beatles, Led
Zeppelin, Otis Redding… y… muchos más, y entraron, entraron para nunca irse. Y
recién aterrizado en la pubertad se cruzó en mí camino Deep Purple, Jethro Tull
y la vaca de Pink Floyd.
Así comenzó todo,
apenas hace nada.
La música, para la cual
nací manco y sordo, es una distracción fundamental en mí vida. Y también, en
ocasiones, pasión y devoción. Tanto que
si me hubieran dado a elegir lo que ser en la vida, sin duda mi elección habría sido la de músico Pero
como no fue así, y como soy de fácil conformar, me conformo con la afición.
Y aunque contento
(siempre) y satisfecho (a veces), añado:
A la fuerza también
ahorcan. Quede claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario