La mayoría de la gente
que los critica se declaran personas piadosas, y aunque después suban a sus
muros de Facebook plegarias a la virgen para curar a los enfermos de cáncer,
vídeos de la Legión reivindicando el furor de la cabra hispánica y eslóganes de
España para los españoles, siguen insistiendo en que son católicos, apostólicos
y romanos.
A mí, sin embargo, me
parecen gente de carácter más bien rancio, de humor variable y gentes que cada
vez que ve a un negro mantero se acuerdan de la madre que parió a todos los
Mohamed que en este mundo hay.
Hablo de los defensores
a ultranza del comercio patrio al tiempo que compran un bolso de marca más falso
que su alma.
Hablo de esas personas que
lucen relojes falsos, camisas con caballitos falsos, polos con cocodrilos falsos
y que huelen a perfume falso.
Hablo de esos, y
pensando sólo en ellos estoy: en los falsos, en los que despotrican ante el
pobre solemnidad y callan ante el rico que los pisotea.
¿Y ahora qué, de qué
vais a despotricar?
Ya tienen marca propia,
pero siguen sin pagar impuestos por sus puestos callejeros. No los pagan y
corren. Corren cuando ven a los policías locales que en uso y abuso de la
normativa vigente los persiguen a la carrera.
De tal forma que a
quién le extraña que para ser policía de algo, de local, de mozo de cuadra, de
nacional o de lo que sea, se pida pasar requisitos atléticos.
Correr, nadar o montar
a caballo es la prueba tampax para entrar en el cuerpo.
Si corres tanto como
Usain Bolt, si nadas como un pez igual que Phelps o si eres del estilo bravucón
como John Wayne, el Estado te necesita.
El Estado utiliza la
música de la orquesta Mondragon para su publicidad. Siempre a la procura del
buen porrista:
Trabaja con nosotros si
quieres gozar, trabaja con nosotros si quieres correr y disfruta de… todo al
pegar… y disfruta.
Pero no era de ellos,
de las variantes del poli, de quien quería escribir. Era de los otros. De los
desgraciados a los que persiguen otros desgraciados que se creen más
afortunados por tener nómina.
Los del Top Manta están
de enhorabuena. En Barcelona, capital de
Colau, han montado marca propia.
Se llama Top Manta,
como no podía ser de otra manera. Y van a comercializar cosas: Ropa, calzado…
Según los responsables
del asunto el logo de la marca Top Manta emula una lona que se levanta por los
lados para salir a la carrera. Igual que hacen hoy en día los manteros cuando
ven un uniforme en la lontananza.
A ver si con esta
iniciativa la lona se convierte en alfombra, mágica y voladora.
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