Pero como él es gallego
e interpreta verbo por juego de palabra cuando escuchó la
pregunta: ¿Recuerda usted…? Contestó rápidamente:
Recuerdo perfectamente… Y después puso
su mejor cara de zangolotino y relamió satisfecho la babilla.
Y no era para menos, la
verdad, porque si hay ocasiones que pintan calvas, también hay preguntas que se
formulan para el lucimiento ajeno. Lo sabe todo el mundo
De todas formas, queda
claro que quiere marcar distancias. Del no
sé o del no me consta, pasamos al
recuerdo perfectamente. Todo ello,
eso sí, acompañado de lengüetazo y espumarajo. El niño chapón, el repelente
niño Vicente que tenemos de Presidente, sonríe y al hacerlo se le nota cara de
aplicación. Tan es así, que bien podría añadir ufano: lo veis, en la primera
pregunta ya marco la diferencia. Pero, se contiene.
Y es verdad, hay que
reconocerlo:
A Mariano se le notó
que había hincado los codos con mucho aprovechamiento. Es más, sabemos que
estuvo cuatro días, ¡cuatro!, preparando la declaración.
Es un hombre
concienzudo; estamos ante un opositor de ringorrango. Sin duda. Claro que si
sabes que te van a preguntar el tema 8 no estudias los otros, para qué.
Lo mismo pasaba,
salvando las distancias, en aquella película en la que llevaban a un niño Borbón
ante un tribunal para hacerle un examen y aprobarle el bachillerato. El
examinador preguntaba: Excelencia, por
favor, díganos la cronología de los Borbones en España. Y claro, el niño
infante contestaba con mucha propiedad: Felipe
V… Cuando el infante salía sacando pecho de la prueba se oía a otro niño
que decía: Jo, así cualquiera. Que me
pregunten a mí, también, cómo se llamaban mis abuelos.
Pues algo así.
Sin embargo, y aun
jugando el partido en casa, eligiendo plano de cámara, disposición del
escenario y dando orden (él no, por supuesto, que por eso cobran los bellacos)
a su medio de comunicación de cabecera (La 1) de no aparecer por allí, pudo el
Presidente sustraerse de hacer lo que hacen todos. Porque de la originalidad y
del paso adelante que es el recuerdo
perfectamente pasó sin dilación a lo de siempre: ese no era mi cometido y yo de eso no sé nada. Porque, hay que
decirlo: Mariano Rajoy pese a ser el Presidente, también de su partido, pese a
ser cuatro veces Director de Campaña en elecciones y pese a aparecer en los
llamados papeles de Bárcenas, no sabe nada de nada. Palabra de Mariano.
Así que, si sois buenos
alumnos y futuros opositores de ringorrango, ya sabéis, podéis aprobar por el
sistema Rajoy, y así si vuestra oposición contara con 200 temas que chapar lo
mejor es empezar por saber cuál te van a preguntar. Te ahorras tiempo. Y si a
eso le unes que le puedes decir al Tribunal donde te quieres sentar y cómo te
tiene que socorrer en caso de duda, pues la cosa está hecha. Muy mal se tiene
que dar o muchas babas tendrás que echar para ahogarte y equivocarte.
Lo de ayer también
sirvió para recordarnos a todos cómo se llamaba el personaje central de aquella
gran película El gran Lebowsky
Aunque, en realidad
podían haberse ahorrado el despliegue de camiones en la entrada. Con un león
rugiendo hubiera bastado. Porque a estas alturas ya todos sabemos que Mariano Rajoy en esta película es El Nota.
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