Ayer, para mi sorpresa,
leyendo un diario digital de máxima audiencia me topé de bruces con la
necrológica de Superman.
En el día de ayer falleció
en su domicilio, acompañado por sus vulgares familiares, el man conocido por el
gentilicio de Super
Sí, Superman palmó. De
muerte natural. Cirrosis. Éste vecino de Corcubión, benefactor del mundo, recibió los santos óleos y la bendición papal
Urbi et Orbi. Su devota compañera, la Mujer Invisible y su amanerado hijo el
Hombre de Goma, recibieron múltiples muestras de cariño de los asistentes así
como cientos de hologramas.
Hasta el tanatorio se
acercaron a dar su último y postrero adiós
que te vaya bien, sus hijos putativos Batman con su novio Robin, un
Spiderman legañoso, el Capitán América avecindado en Washington e Iron Man
entre otros. Se le impuso la medalla al trabajo, escarapela azul y roja.
Se le nombró Duque de Súper,
Post Mortem.
Todos ellos posaron en el
photo call instalado al efecto a las puertas de la capilla, y después se ofició
una misa cantada en latín que fue amenizada por el sentido canto
heavy-gregoriano entonado por el conjunto formado al efecto por La Cosa, La Masa, y la Mujer Puño como
baterista.
Como colofón su ataúd fue sacado a hombros por el increíble Hulk, sus
cenizas fueron esparcidas al viento por Cat Woman al tiempo que se tiraban
bombas de palenque. Y al grito “de hoxe
nun ano” se repartió churrasco y criollos a mansalva entre los asistentes.
El mundo llora su pérdida,
descanse en paz.
Pd. Se recoge una nota de
prensa difundida por la Asociación de Superhéroes que recalca en negritas: los criollos estaban buenísimos, lástima
que no hubiese sardinas.
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