PERDONA PERO NO, TEJERINA.

La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente es una amante de las declaraciones estilo plato combinado: un poco de todo.
Dice la tal señora. “ojo que las urnas son peligrosas” El consejo, que antes servía para advertir a los conductores ahora sirve para advertir de los peligros de la Democracia, versión DGT, rama Stevie Wonder, si bebes no conduzcas. Porque sino ya ves lo que pasa, retomas el volante de tus declaraciones y acaba afirmando con desparpajo de campechana que: “cada uno de los españoles tiene una deuda personal con Rajoy”.
¿Sí?... y un jamón
Querida ministra, miembra del Consejo de Ministros, perdona pero no. La deuda la tendrás tú. Porque tú y otros homólogos tuyos sois los que habéis sido nombrados por el dedo del que todo lo decide. Se lo debes tú, querida. Anda y págaselo como es debido. Ponte las rodilleras, y ya sabes… hazlo. Póntelo, pónselo. En el próximo Consejo podéis poneros todos debajo de la mesa y hacerle un “impávido” al muy ínclito, excelentísimo e ilustrísimo que os nombró.
Ya sabes las reglas del juego, ¿no? ¿Te las recuerdo? Es fácil, Tejerina, es fácil. Levantáis el faldón de la mesa, os ponéis todos debajo, y os vais turnando. Succionar con furor, sin piedad. ¡Caña al mono! Y ya sabéis, si el Marrano se ríe os hacéis otra ronda de declaraciones. Caño libre. Con suerte encontraréis aquel lema del franquismo: una, grande y libre. Y si no es así o si el Marrano se ríe, también tenéis que saber que según las reglas del juego tenéis derecho a otra ronda de copichuelas.

Y si no tenéis suerte en vuestra aventura también podéis probar a ondulárosla vosotros mismos. Ya sabes, querida Tejerina, la famosa Ley de Pichi: anda y que te ondulen.

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