Hasta el mismísimo Marrano
Rajoy acabó desautorizando al más “progre” del ala “progre” de su partido.
Aquél a quien el diario “El País” encontraba razonable. Un fulanito que dejó al
Ayuntamiento de Madrid con la deuda más alta de todos los ayuntamientos del
mundo mundial. El mismo que quiso reformar el aborto, y no sé cuántas cosas
más, y que al final vio como todos “sus” proyectos acabaron en la basura. Tuvo
el honor de ser el Alcalde más endeudado de España, y el record de hacer lo
mismo con la Comunidad de Madrid. El guerrero que se peleaba con el titán del
idiotismo, condesa del escapismo, que es Esperanza Aguirre. Al que obligaron a
dimitir, y lo hizo porque se había quedado solo en su Partido. Nadie le quería,
nadie lo comprendía.
Hablo de Alberto Ruíz
Gallardón, el sobrero.
A este torito don Marrano le
sacó a los mansos, lo llevaron a chiqueros, y allí le aplicaron el descabello.
Por mamalón, por ser un peligro público, por poner en riesgo la paz social con
sus carpetovetónicas ocurrencias, por moderno…
El imbécil pasó a uno de
esos puestos dorados que no sirven para nada, pero por los que cobran un pastón
sin tener necesidad de hacer nada. Un Organismo que ahora Cifuentes y compañía
se comprometen a eliminar. Y es que ese sitio, que reitero que no sirve para
nada, vale de refugio a ilustres memos como Joaquín Leguina, otro que tal, otro
que fue Presidente de la Comunidad de Gatos, y claro con gentes así, de tanto nivel,
de tanto talante, este Órgano consultivo, al que nadie consulta nada, también
sobra.
Y los que aún quedan en sus
puestos.
Ministros imbéciles,
cualidad ésta muy demandada por don Marrano, Secretarios de Estado del Opus Dei
que llegan a ministros e incluso, Presidentes trincones de comunidades
diversas, delincuentes al frente de Diputaciones, y Alcaldes altamente
perniciosos con sueldos estratosféricos cuya misión es contratar orquestas para
el verano.
Basura.
Para dar y tomar. Y encima
ahora llega la “Ley mordaza”.
Otra Ley para derogar el día
que cambie el Gobierno. Y vuelta a lo mismo.
A volver a empezar. Siempre
igual, oye.
Ya sabéis: lo importante es
tener salud y no llevar un golpe.
Ay…
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