¿Habéis jugado alguna vez al
póker?
Pues si habéis jugado y
mucho, como es mi caso, sabéis que el farol es una estrategia puntual a menudo
perdedora. Donde mejor salen tales envites es en los argumentos peliculeros de
Hollywood, y ocasionalmente en algún tapete. Sirve para engañar, para que te
suba el ego si sale bien, y para lo que más sirve, para lo único que vale, es
para marcar tú postura como jugador. Al principio del juego puede resultar. Tus
adversarios pueden creer que eres un osado, un suicida o un empecinado que vaya
a llegar hasta el final. Pero después las cartas ponen a cada uno en su sitio,
restituye el juego a la realidad y siempre gana la jugada. Si tienes mano
tienes jugada, si no la tienes, y si apuestas poco o lo que arriesgas entra
dentro de la previsible de la pérdida, y marca estilo, puede valer. Pero, si el
farol es permanente prepara la cartera, amigo. Vas a perder. Tiéntate la camisa
no vaya a ser que te levantes de la mesa de juego en pelota picada.
Eso es lo que le pasó a los
griegos. Farol. La jugada la tiene Alemania, todos los jugadores de la mesa
eran sus aliados. Todos, y los franceses no pintan nada en una mesa en la que
se juega al póker americano.
Chiripas se dio cuenta, y
perdió. Estuvo a punto hasta de dejarse hasta la camisa, pero consiguió levantarse
en el último momento, cuando ya tenía los botones desabrochados se levantó,
enseñó sus cartas y tuvo que aguantar el cachondeo de los demás asistentes del
juego. Se rieron en su cara de farolero, lo pusieron en su sitio, y después de
darle dinero para el taxi, y como son amables, le dieron cien folios de
contrición y enmienda.
Borrón y cuenta nueva.
Vuelta a empezar. Grecia perdió por goleada. La dignidad ha sido pisoteada, y
ahora sólo queda escuchar la opinión de los expertos, de los analistas y de los
gurús de turno que nos explicarán lo que pasó para que no entendamos nada.
Con Grecia ha triunfado la
ignominia. Los pufos europeos crecerán y florecerán en nuestros bolsillos hasta
el infinito. Hasta la próxima. La siguiente vez será Europa, todos los
europeos, los que nos demos cuenta que nuestros dirigentes son los que están
jugando de farol. Pero como juega al fiado, ya sabéis quién va a pagar las
deudas.
¿Lo declino para que lo
tengas más claro? Yo, tú, él, nosotros, vosotros y ellos.
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