Sale el director del Banco
de España y dice: “El sistema público no va a garantizar el nivel de las pensiones”,
y se arma la de San Quintín. Lo dice un señor que se subió el sueldo un 5% y
que lo tiene más grande que el Presidente del Gobierno, y a la altura de la
Presidenta de Paradores Nacionales. Una persona que sustituyó a otra que no se
enteró de nada de lo que pasaba en las Cajas de Ahorro, y que tampoco impidió
que algunos ex directivos cobraran indemnizaciones millonarias por quebrar las
empresas para las que trabajaban.
Este tipo de líderes, los
nombrados y muchísimos más, siempre están dando la “matraca” con que si no se
hace esto va a pasar aquello, y con que el fin del mundo está cada vez más
cerca. Y cuando llega el momento de hacer balance de su gestión resulta que
Paradores Nacionales pierde dinero, y que el Banco de España regatea su deber
de supervisión de las entidades financieras y no se entera de nada. Y cuando se
entera es porque saltan los escándalos en los medios de comunicación.
Es más. Hacen dejación de
sus funciones, por las que son muy bien remunerados, y en el caso del Director
del Banco de España aún le queda tiempo libre para asumir las funciones propias
de los vendedores de fondos de pensiones.
Háganse un fondo de
pensiones, señoras y señores, que lo dice el menda lerenda del Banco de España.
Incluso se atreve a decir que los jóvenes actuales tendrán menos dinero cuando
lleguen a pensionistas, lo cual imaginamos todos viendo como vemos que los
gurús del mercado de trabajo, con la ministra del ramo al frente, cada vez dan
más facilidades a los empresarios de pacotilla para hacer de su capa un sayo, y
explotar a sus trabajadores.
Y eso que España va bien.
Bien para algunos. Cojonudo para los de siempre, pero que muchos trabajadores
actuales no lleguen a final de mes con el sueldo que perciben a ésta gente no
le da que pensar, ni siquiera lo intentan. ¿Para qué? Es la famosa Economía de
Libre Mercado, esa falacia que nos venden y que lo único que consigue es acercarnos
más y más a la pobreza, a la clase de tropa, mientras vemos, escuchamos y
padecemos a toda esta pandilla de botarates armados con una hoja Excel.
Los verdaderos anti sistema
están ahí, agazapados, a la espera del zarpazo definitivo que nos lleve al
cataclismo mientras que ellos se dedican al encaje de bolillos y a tocar las
gónadas al personal.
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