MEMECES CON PEDIGRÍ.

Hay una corriente de pensamiento que ni voy a adjetivar, y menos a calificar, que al parecer es la que siguen algunos intelectuales, y que copian algunos próceres de la política. Es aquella que sostiene que lo que “ellos” dicen está bien, y lo que dicen los “demás” es una imbecilidad.
Circula estos días, nuevamente, un artículo firmado por el excelentísimo menda que es don Marrano Rajoy. Dicho panfleto, publicado  en Faro de Vigo en 1983, manifiesta bien a las claras la línea de pensamiento del ínclito Registrador de la Propiedad. No lo voy a calificar, insisto. Se califica por si mismo. Sólo decir que la Teoría que algunos defienden como avalada por el mismísimo Darwin, lo cual es mentira, es un precedente lejano de la plaga de Tuitts que nos asola.
Pero, don Marrano no está solo en esto. Es más, hoy más que nunca se podría apelar a aquello tan cristiano que dice: el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra.
Y para demostrar que el Pisuerga pasa por Valladolid, sale Umberto Eco y media en el asunto.
Denuncia Eco que: “la invasión de imbéciles” que han generado las redes sociales.
Es verdad: como muestra un botón.
Nadie se libra. Unos por activa, otros por pasiva, y algunos en cursiva, hacen de su capa un sayo. Meten el dedo en ojo ajeno, y al grito de “tú más”, critican lo que a ellos mismos se les puede criticar.
Porque, hay que decirlo, gozamos de una suerte de élite, intelectual y de Gobierno, que se cree con derecho al insulto. Unos lo hacen desde el Estado, y otros desde entrevistas.
Dice Eco, que es el que me preocupa, de don Marrano no espero nada, lo siguiente:
 “Las redes sociales le dan derecho de palabra a legiones de imbéciles que antes hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la colectividad”, ha dicho añadiendo que “enseguida (a éstos) los callaban, mientras que ahora tienen el mismo derecho de palabra de un premio Nobel. Es una invasión de imbéciles”.
Pues, gracias, don Umberto. ¡Que te den el Nobel! Al fin y al cabo hablamos de un Premio prestigioso bañado con una pátina de mierda sometido al vaivén de la política.
También puedes copiar y pegar de tus homólogos de este país. Ellos lo definen mejor. Los que publicamos en redes sociales, los que hacemos la guerra por nuestra cuenta, y a los que nos importa un huevo y la yema del otro vuestras opiniones, somos calificados por los intelectuales subvencionados de la península Barataria como trolls.
¡Oh, la estirpe, la estirpe!. Ya lo decía el coronel Kurtz en Apocalipse Now. ¿O era: ¡el horror, el horror!?

Pd. Os adjunto los enlaces para vuestro solaz y entretenimiento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario