Frente a las teorías de los Creacionistas, dados a creer en
cuentos de hadas y otras simplezas, siempre de forma malintencionada,
partidaria y sectaria, se alza la verdadera solución al origen de la vida.
Darwin, el precursor de la teoría de la evolución,
ampliamente demostrada, publicó en 1859 su obra fundamental: “El origen de las
especies por medio de la selección natural o la preservación de las razas
preferidas en la lucha por la vida”.
Sí, somos homínidos. Se siente. Nuestros ancestros vienen de
un árbol. Los chimpancés son unos primos lejanos. Esa es la realidad, a las
pruebas me remito.
Los chimpancés tienen unos primos llamados los Bonobos que se
les asemejan mucho en lo físico, aunque son más inteligentes, más gráciles y
tienen una cabeza menor. Los bonobos gozan de rasgos físicos distintos unos de
otros lo cual los diferencia e identifica mejor que a los chimpancés.
Lo que los hace distintos de sus primos los chimpacés es su
forma de entender la vida, y el mundo que los rodea. No pelean nunca con nadie.
Tienen un sistema propio para resolver los conflictos, un método para
reconciliarse entre ellos, una forma de socialización que los hace únicos.
Los bonobos se pasan el día teniendo relaciones sexuales.
Días enteros dándole al fornicio. Vale todo: Hembras con hembras, machos con
machos, viejos con jóvenes, jóvenes con viejos. Un misionero, por atrás
mirándose a la cara, sexo oral, y múltiples frotaciones diversas. Cuando
encuentran una nueva fuente de alimentos lo celebran y se marcan un comunal.
Todos los miembros de la manada dándole al folleteo, sin parar. Qué monada, da
gloria verles bailando el chachachá. Que llevo la cría en los lomos, espera en
todos los trabajos se fuma; que un grandullón coge a un pequeñín y le da un
poquito, pues no piensen mal, que ahora es el pequeñín el que pone mirando para
Cuenca al grandullón. Hay tiempo para todo. No se pelean jamás, si algo pasa
entre ellos lo arreglan follando.
Disculpar pero después de esto comprenderéis que esté triste
y circunspecto. Toda la vida alardeando que somos los más inteligentes del
planeta y vienen una pandilla de monos a demostrar nuestra estupidez.
Estos primitos, que están en vías de extinción, viven al sur
del río Congo y al norte del río Kasai, son fruegívoros.
Aquí, entre nosotros, habita una rama de bonobos que al igual
que sus primos del Congo tiene un denominador común: siempre andan jodiendo.
Son fáciles de distinguir usan corbata o traje chaqueta, viajan en coches
oficiales y gustan de ser retratados en eventos diversos.
Por favor, si les veis no les tiréis cacahuetes que estos
bonobos prefieren el caviar. Los manises los tienen contraindicados.
Incluso está documentado que en una finca que hay a las
afueras de Madrid vive el bonobo mayor del reino. Se pasa el día practicando el
género chico: la zarzuela.
¡Cuánto bonobo!
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