El argumento lleva
funcionando lustros:
Una cantante de medio pelo quiere
triunfar, algo cotidiano. Está convencida que es buena en lo suyo. Conoce a un
Matador de Toros famoso, se casan, tienen un niño, y de repente la desgracia se
ceba en ella. Él tiene un accidente de trabajo. Siniestro total. Ella llora y
se convierte en la viuda de España. Después, para consolarse, cambia de acera.
Tiene una novia, reina de la radio, que la ayuda mucho en su empeño, pero
aquejada del mismo vicio que el Matador también muere. Un clásico. Después
repite con otra del mismo gremio a la que acaba sustituyendo por un señor alto
y con bigote. Dónde va a parar. Pero como es inquieta conoce a un “palomo”,
alcalde en funciones de Gil, que le pone una casa que es “la pera”, cometen
unas prevaricaciones aderezadas con blanqueo que es un colorante alimentario, y
él acaba en la cárcel. Solo, fané y escangallado. Diez años de amnesia después
la Justicia se acuerda de lo “suyo”, de lo de ella, hace un paripé y la
sentencian. Entra en la cárcel por una condena ridícula en comparación con otra
afectada, y desde Tele 5, la cadena más solidaria, se hacen eco con pelos y
señales de todas las andanzas de la ínclita gorgorita.
¿A quién le extraña? Esta
señora, de apellido Pantoja, hermana de Agustín, amante de los bollos, madre
natural de Paquirrín, adoptadora de una niña peruana, y tía de Anabel es un
chollo.
Horas y horas. Años y años
llevan diseccionando el tema.
La mitad de las emisiones
las hacen gracias a ella. Poco le pagan para lo mucho que da. Y si no está ella
están los demás al quite. Que Pakirrin tiene almorranas le hacemos un Deluxe,
que a Isabel II le han hecho un bombo, pues le damos un programa. Es más la
llevamos a una isla de Costa Rica y colaboramos con el medio ambiente.
Repoblamos el labradío con cactus, y con unos cuantos ficus más habemus programa.
Desde AR a Sálvame todo es
matraca. Eso sí: Mañana, tarde y noche. Éxito total. Líderes de audiencia. Alguien los verá, digo
yo. Aunque, a lo mejor, pasa lo mismo que con los votantes del Pp. Nadie
reconoce que los vota, pero curiosamente siempre ganan. Y es que ya lo dice la
Cotillapedia: el chismoso no nace, se hace. Es más, hay cosas que no sólo hay
que comprender. También hay que entenderlas. La chismosa, el cotilla común, no
es que sea así por gusto. Es que su ansia de sabiduría es infinita.
Y dicho esto digo aquello:
“hasta nunqui”.
PD. También os digo: si
encontráis Tele 5, cómo deciros… no sé… ¿demasiado intelectual? Siempre podéis
poner La Sexta. Os recomiendo que disfrutéis de los deportes. Ahí tenéis a
Pedrerol. Tanto monta, monta tanto. ¿Qué le pasa a Messi? Y así todo el rato.
Es más, yo creo que lo de Pedrerol y la Pantoja es cuestión de tiempo.
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