O sea, vamos a ver si me entero porque creo
que no he entendido bien.
¿El cambiar el criterio del
gasto y dedicar el dinero que se dedica a subvencionar corridas de toros a
darle de comer a los niños lo consideráis una postura radical y demagógica?
Más aún:
¿El destinar el dinero de la
subvención a la Fórmula 1 a la misma tarea también os merece la misma
consideración? ¿Y eso nos lo decís vosotros, las mismas personas que después os manifestáis
de forma violenta, sin autorización, y que agredís a los periodistas presentes?
Pero, ¿qué os pasa? ¿Estáis mal de la olla, o qué?
¿Preferís ir a los toros a
dar de comer a los niños? ¿Preferís ver bólidos dando vueltas a un circuito
antes que atender a los ciudadanos que pasan necesidad?
Está claro: se os ha ido la
pinza. Y la prueba de que no os funcionan las neuronas está en lo que hacéis,
en lo que decís.
Y, que conste, no tengo nada
en contra de los toros. Tampoco tengo nada en contra de la Fórmula 1, y por no
tener tampoco tengo nada contra la Iglesia, ni contra vosotros, ni siquiera
contra nada ni contra nadie, pero si tengo algo claro: el que quiera toros,
fórmula 1, religión y todo lo demás, que lo pague de su bolsillo.
La Administración no está
para pagar aficiones de los particulares. Las personas lo que queremos es que
el dinero de todos se emplee en el bien común.
Las aficiones, los hoobies y
los caprichos son asuntos privados. A ver si empezáis a aclararos con cuáles
son las prioridades.
Eso, y además recordaros que
un poquito de educación con los demás tampoco os vendría mal. Al fin y al cabo
os pasáis la vida presumiendo de lo educados que sois, y después resulta que
sólo servís para estirar el meñique.
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