Estimado don Norberto
Osborne, y los diez millones más de Bertines que en España hay:
Sí, España, el país en el
que vivimos todos.
Como ustedes ya saben vivimos en una
Democracia Parlamentaria, y según la Constitución aconfesional. Sin embargo,
estarán ustedes de acuerdo conmigo en que ninguno de los gobernantes que hasta
ahora hemos tenido ha corregido el lapsus, y tampoco han enmendado la Ley. Al
contrario, todas las religiones reciben subvenciones del Estado. Pero no es eso
de lo que les quería hablar. Disculpen la digresión. El asunto que me ocupa es
otro. Y es que, literalmente, no salgo de mi asombro. Estoy pasmado con todos
ustedes, con la actitud que tienen y con la forma en como expresan sus
opiniones; porque, ustedes, dan por sentado varias cosas.
La primera es que el PP, para ustedes, es la
única fuerza política que parece existir en este país lleno de partidos
políticos, de tal forma que hagan lo que hagan, y como lo hagan, nuestros
gobernantes, y pase lo que pase, ustedes no sólo los vuelven a votar, sino que
además hacen proselitismo de los mismos. La otra cuestión que me extraña es que
para defender al PP tengan ustedes que recurrir, cuando no a descalificar, a
los de Podemos. Les acusan de bolivarianos, y se olvidan constantemente de que
el partido político que ustedes defienden está plagado de corruptos, y que en
su seno parece albergarse una organización dedicada a defender el partido como
si fuera una empresa privada, y para ello postulan comisiones de obras
públicas, que luego emplean en campañas electorales y en llenarse un poco más
los bolsillos. Es un hecho probado. Parecen ustedes no darse por enterados de
que el chanchullo no es de ahora, que lleva funcionando más de treinta años, y
que antes lo hizo el PSOE, en su medida IU, y que todo aquél que pudo hacerlo
lo hizo, pero que la cosa con el PP ha alcanzado niveles de despropósito
siderales. Y de ahí viene mi asombro, mi perplejidad de que visto los visto,
ustedes siguen tan campantes, y ocupados en hablar de bolivarianos y de
chuminadas caribeñas. Créanme, aparte
del PP y de los de Podemos, hacia los cuales manifiestan tanta aversión,
existen otros partidos políticos. Otro hecho probado. Incluso los hay de la
misma cuerda que el PP, pero sin tanta basura almacenada. Alguno de esos
partidos es demasiado joven para tener los vicios de sus mayores, pero todo
llegará. No desesperen. O quizá no. Veremos, esperemos. Pueden mirar para
Ciudadanos, por ejemplo. Deberían tener en cuenta el pedigrí de tal formación.
El máximo líder, don Albert, antes militó en el PP. Experiencia probada. Y
tiene un pasado fascista. Sí, fascista. Concurrió a unas elecciones con un
partido de ultra derecha. Después cayó de la burra y vio la luz, y en vez de
escribirle cartas a los efesios prefirió reconvertirse en líder político que
mola más, y junto con un economista de sumo prestigio elaboran un programa
electoral con unas propuestas muy interesantes. Obvio es escribir que Ciudadanos
es lo mismo que el PP pero con buen rollito. Gente joven que aporta otras
ventajas. Estos no son bolivarianos, el líder es catalán, pero un catalán de
los buenos, uno que defiende la unidad de España, y habla catalán. Todo son
ventajas: bilingües… catalanes… patriotas…
¡Menudo chollo!
Sin otro particular y
esperando que vean la luz, le deseo un gran éxito en su gira con Arévalo, y a
los otros diez millones de Bertines que hay en España, desearles lo mismo.
Suerte, valor y, ¡ah! Tengan en cuenta otra cosa: España ahora les necesita más
que nunca, pero aún os necesitan más los dirigentes del PP. No sean crueles con
ellos y con ellas, no los dejen en la estacada, porque es muy duro no tener un
sueldo o un sobresueldo con el que llegar a fin de mes. Piensen en sus pobres
familias, y tengan siempre presente que si por casualidad, Dios no lo quiera,
cesaran en sus cargos tendrían que costearse de su bolsillo el gasto en
abogados, y no como ahora que se defienden con el dinero de todos los
españoles, incluido el vuestro. Bueno, a ustedes el dinero os sobra, al fin y
al cabo o sois cantantes o debéis ser todos banqueros.
Por favor, salude a Arévalo
de mis partes.
Suyo afectuosísimo.
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