Si su currículum fuera
cierto que seguro que tampoco, el memo-listo que es Rodrigo Rato se habría
formado en EEUU. Allí habría estudiado alguna que otra cosa y copiado y pegado
las más.
Porque fue de allí de donde
adquirió su afición por el Halloween en
su versión más hortera.
Truco o trato.
Cuando le ofrecieron el enésimo trato
aprovechó e hizo un último truco y ofreció caramelos envenenados.
No contento con hacer el
ridículo siendo Vicepresidente del Gobierno de España, y aún no satisfechas sus
ansias ególatras de puestos después de dimitir del FMI sobrante, aceptó el
trato que le ofreció Merlín Mariano, y se aupó a la presidencia de Bankia.
Misión: salir a Bolsa y
robar a gran escala.
Lo hizo con su habitual
destreza para el desastre natural. Falseó, robó y disfrutó de tarjeta black. Y
en compañía de otros dejó a una de las entidades financieras más importantes
del país en la ruina. Una antigua Caja de Ahorros hecha a la medida de
corruptos, y en la que toda su cúpula está involucrada en la quiebra.
Después de disfrutar de
tanto esplendor sobre la hierba quemada tuvieron que cesarle porque es un
peligro andante para la Humanidad, porque es un ladrón de guante blanco, porque
es un mangante y porque con gente así la marca España ya había alcanzado sus
más altas cotas de esperpento.
Lo raro es que todavía no
esté en la cárcel toda esta calaña, claro que también es raro que no esté en el
trullo toda la cúpula-piara del PP. De la misma manera que también es rara esta
Hispania, antes país de conejos y ahora pueblo de Marranos corruptos que sacan
de las chistera a contables, que hacen balances contables amañados para engañar
a todo el mundo con el permiso del Gobierno y del Banco de España que está
ocupado mirando para otro lado.
Por cierto, que tengáis un
feliz día del trabajo. Creo que sigue siendo festivo, aunque no creo que la
cosa sea para ser celebrada, pero… ¡es lo que hay!
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