Ayer
hice de eco a un titular atribuido a Marrano Rajoy que decía: ¿quién habla hoy de paro en España?
Después
de colgar esta noticia en el muro de lamentaciones que es Facebook, mi amigo,
Pedro de Llano, aclaró, corrigió, y precisó: Marrano Rajoy no dijo tal cosa. Lo
que dijo don Marrano fue: nadie habla
del incremento del paro.
Supongo
que ningún periodista habría caído en una trampa tan pueril, porque tengo
entendido que ya en primero de carrera enseñan que la noticia debe ser
contrastada al menos por dos fuentes, y como yo no soy periodista, y tampoco
trabajo de periodista, no comprobé nada. Di la noticia por cierta, y
alegremente le di a Compartir. Sólo eso.
Resultó,
como escribiría ahora cualquier “modernillo”, que la frase era un fake. Una
noticia falsa. Falsa pero con una base real. Porque de lo dicho a lo publicado
apenas hay un paso. Y como la realidad en política siempre supera a la ficción
no fui yo el único que cayó en el enredo. También lo hicieron periódicos,
periodistas y políticos de toda laya y condición, quiénes tampoco deben de
saber que las noticias deben ser contrastadas antes de ser publicadas o
voceadas en campaña electoral.
Toda
esta cadena de errores está a la orden del día en cuanto hablamos de
información. Porque paralelamente a la Información siempre corre el afluente de
la Contrainformación con el objetivo de que las noticias desemboquen en el mar
de los sargazos denominado Desinformación.
La
artillería de la Contrainformación es utilizada frecuentemente por el Estado.
Cuenta para ello con medios suficientes. Periodistas que cobran sobresueldos de
fondos de reptiles, periódicos subvencionados, amigos periodistas que filtran
siguiendo el criterio de la voz de su amo, y una ristra de agencias de
seguridad que velan porque lo políticamente correcto aflore mientras esconden
basura debajo de las alfombras, y que velan armas suficientes para regular el
control de la Información.
Ni
nos damos cuenta. Nos manipulan a diario sin que nos percatemos. Publicidades
encubiertas, mensajes subliminales, mentiras y más mentiras que esconden alguna
verdad. Todo ello para conformar un estado de opinión favorable hacia lo que
más convenga en cada momento.
Hay
que estar atento. Todo el mundo juega el mismo juego con diferentes objetivos.
Pero
mientras unos tienen todos los medios del Estado a su disposición, otros nos
apañamos con lo que podemos.
Bueno,
veremos…porque como el mundo es un globo, dos globos, tres globos, al final va
a resultar que el mundo es un globo que
se escapa a la comprensión.
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