¿CÓMO ES POSIBLE...

… que personas, hechas y derechas, que tienen casi únicamente por patrimonio su vida, si acaso, una prestación por desempleo o una modestísima pensión, voten al Partido Popular?
No son una rareza, tampoco son una excepción. Son personas de buena fe que parecen convencidos que si no gobierna el PP este país irá al caos. Lo dicen rotundos, y después votan por quienes se convierten en sus verdugos, y los tratan con desprecio.
Hay algunos afortunados que tienen hipoteca, letra del coche, y pagos diferidos a diestro y siniestro. E incluso existe quien en teniendo “un fin de semana” se siente émulo de Botin, que sufre de miedo a expropiaciones variadas, y que teme ver expoliado su “patrimonio” si en las elecciones no sale elegida la derecha ramplona del PP.
Y no son pocos. Al contrario. Son muchos, muchísimos. Conozco a algunos, a alguno, que apenas ha trabajado en su vida, que subsiste gracias a la caridad de la democracia, y que se dedica a denunciar, a decir que los extranjeros, que los inmigrantes le sacan el trabajo, precisamente a ellos, a esos mismos, que no han pegado sello en su vida. Estas gentes se sienten expropiadas, robadas y estafadas si el sistema sanitario universal acoge a inmigrantes, porque ellos son españoles, y los otros no, es más: los otros no tienen ni derechos. Aunque lleven veinte años aquí, trabajando aquí, y que sus hijos hayan nacido aquí.
La generosidad brilla por su ausencia para estas almas cándidas. Son cainitas por naturaleza, estrechos de miras, se comportan como aprendices de nazis, y lucen señales que los identifican con la tribu a la que pertenecen: banderas, pulseritas a juego y politos de marca comprados en el Delmer más cercano o un bolso o un cinturón de marca comprado al negro mantero.
Tienen la cara revenida, el morro fruncido porque huelen a pedo constantemente, y no se dan cuenta de que: “el que primero que lo huele debajo del culo lo tiene”.
En esta Europa plagada de Merkelitas, estos perritos/as falderos/as gozan de gran predicamento. Van a misa, y después escriben tuitts en las redes sociales. Tienen internet, por tanto acceso ilimitado a… cultura: libros, películas, cuadros, periódicos, pero prefieren distraerse viendo ese Sálvame plagado de caricatos, entregándose al fútbol, mientras como música de fondo escuchan mentiras de labios de sus políticos de cabecera.
Tachán, tachán, tarara, ra rán.



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